sábado, julio 22, 2006

Recuperando a Woody Allen (y III: última etapa)

-Misterioso asesinato en Manhattan (1993): homenaje al cine negro clásico plagado de referencias (Perdición, La dama de Shanghai, La semilla del diablo...). Para mí es una de las películas más divertidas de su carrera, y su ligereza y falta de pretensiones juegan a su favor, aunque se esconda el más puro Allen detrás de ese matrimonio salvado de la monotonía por un hecho aislado y algo disparatado.


-Balas sobre Broadway (1994): sentido homenaje de Allen al mundo del teatro en una reconstrucción mágnífica de los años 20. Interesantes reflexiones sobre la creación, que queda desmitificada por un personaje secundario inolvidable interpretado por Chazz Palminteri.

-Poderosa Afrodita (1995): vemos como poco a poco Allen se va despojando de otras pretensiones elevadas de antaño y busca un tono moderado entre la comedia ácida y el ternurismo capriano. Ésta es una comedia simpática, con buenas ocurrencias, donde quizás la freudiana búsqueda de la madre simbolice la búsqueda de la inocencia fílmica por parte del director, que parece cada vez más decidido a hacer productos de mero entretenimiento.

-Todos dice I love you (1996): otra ligereza, ahora para desmitificar el musical hollywoodiense. Allen rueda por primera vez algunas escenas fuera de Nueva York y empieza a contar con planteles impresionantes de estrellas de Hollywood para papeles secundarios.


-Desmontando a Harry (1997): posiblemente la mejor película de este periodo. Allen vuelve a Bergman para hacer una muy personal versión de Fresas salvajes, en la que experimenta con el lenguaje para meternos de lleno en la conciencia íntima de un escritor al borde del crepúsculo. No resulta todo lo redonda que pudiera ser, presenta algunas irregularidades y fuerza alguna situación, pero el conjunto se presenta muy atractivo y ciretamente brillante.


-Celebrity (1998): otra película irregular, donde Allen da vueltas alrededor del mundo de la fama. Al igual que la anterior, se muestra algo más ambiciosa que las demás de este periodo, lo que es de agradecer. Algunas escenas y personajes valen más que muchas películas enteras de otros directores. Sin embargo, algo falla en el conjunto, y las reflexiones terminan quedándose en la superficie, sin ahondar en el fondo del asunto como habría hecho Allen en otras épocas.


-Acordes y desacuerdos (1999): de nuevo un falso biopic, ésta vez como excusa para homenajear el mundo del jazz tan amado por el director. La primera mitad de la cinta resulta fantástica, digna de sus mejores películas, mostrándonos una relación maravillosa entre el protagonista y una chica muda, y retratando a la perfección el absorbente ego de un genio. Sin embargo, después parece que Allen se queda sin ideas y la película avanza a trompicones, improvisando personajes banales y redundando continuamente en lo mismo. No obstante, película muy interesante.


-Granujas de medio pelo (2000): para mi gusto, una de las peores películas de toda su carrera. En su primera mitad intenta retomar el espíritu absurdo de sus primeras obras, y en la segunda pretende retratar con sarcasmo la pretenciosidad de las altas clases sociales. Descompensada, irregular, vacía, sin gracia. Puede interesar algún gag del principio, pero a mí ni siquiera eso. Para olvidar.


-La maldición del escorpión de Jade (2001): más intrascendencia, ahora homenajeando la screwball comedy y el cine de detectives de época. Buena ambientación e interpretaciones discutibles para una película simpática, agradable de principio a fin. Sin más. Posee algunos diálogos brillantes y un tono conseguido, pero falta la esencia del gran Allen.

-Un final made in Hollywood (2002): otra película floja, con una buena idea de partida que se alarga hasta la extenuación pero se viene abajo al poco rato. El humor resulta obvio y algo primitivo, sin el refinamiento de otras ocasiones, y las tesis presentadas acaban resultando absurdas y contradictorias con su propia carrera. Tiene algún momento salvable, pero la ingenuidad de toda la película es alarmante.


-Todo lo demás (2003): aquí Allen intenta recuperar el beneplácito de la crítica, perdido con sus últimas obras, retomando el mundo de Annie Hall y Manhattan. El resultado suena a ya visto, repetitivo, con mucha menos fuerza y sin ninguna magia. Christina Ricci está inverosímil en un papel que parece destinado a la Diane Keaton de los buenos tiempos. El apunte de crítica social queda muy vago y superficial, pero algo parece repuntar en la carrera de Allen, como si se hubiera cansado de comedias intrascendentes.


-Melinda y Melinda (2004): y eso lo vemos en ésta, su siguiente obra, donde nos plantea una interesantísima reflexión entre la dualidad comedia-drama que impregna nuestras vidas. El casting me parece inapropiado una vez más y la película irregular, quizá algo obvia. De todas formas, Allen parece volver por sus fueros al experimentar al servicio de una idea y un sentimiento de fondo. El problema puede que sea que la acumulación de personajes no le permite más que hacer un bosquejo de cada uno de ellos.


-Match point (2005): por fin ratificamos que Allen no está muerto, para lo que nos propone un giro en su carrera y un retorno al drama sobrevolando los territorios dostoyevskianos de su imprescindible Delitos y faltas. Parece ser la película que abre una nueva etapa y, aunque en el fondo trate los temas de siempre de un modo parecido, hay un cambio fundamental. Mucho se ha hablado del cambio de Londres por Nueva York, de la ópera por el jazz, del drama por la comedia (olvidando que Allen ha hecho grandes dramas en su carrera), pero, para mí, la diferencia principal está en el punto de vista y el grado de desengaño. En Match point Allen no intenta comprender a los personajes en ningún momento, los crucifica de principio a fin con una frialdad escalofriante, y nos hace ver que no hay esperanza en el futuro. Película a analizar, ambiciosa, con muchos conceptos interesantes y discutibles. Los diálogos no son tan ingeniosos como en otras ocasiones y el clima resulta enrarecido, como corresponde a una trama de esas características. Al final queda una grata sensación, pero también vemos que la película presenta algunos altibajos que Allen no termina de redondear. La comparación con Delitos y faltas hace demasiado daño y no creo que sea justa, pues ambas tienes objetivos muy diferentes.



Y así terminamos este repaso, a la espera de Scoop, el próximo trabajo de Allen, también en Londres y con Scarlett Johansson, con la esperanza no sólo de que mantenga, sino también de que supere el nivel de Match point para volver a regocijarnos en el esplendor de sus obras maestras.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

si me permites ponerme muy sentimental y egocéntrica, aparte de annie hall, que siempre me hace llorar, mi preferida es manhattan, porque la vi contigo, en la boca del lobo....

el final es tan terrible, con esa frase que te deja esperando más: hay que confiar y la perspectiva del viaje...

gea

Daniel Quinn dijo...

Gea!! Que alegría tu visita... Recuerdo aquel día en que me perdiste por esas callejuelas de Madrid..., qué ganas de repetirlo... Íbamos a ver Historias de Nueva York (de la que he olvidado hablar, ahora que lo pienso) y al llegar nos encontramos con que habían cambiado la programación y nos pusieron Manhattan. Era la segunda vez que la veía y ahí comencé a comprenderla y asimilar su grandeza.

Muchos besos. Daniel Quinn

Roberto García dijo...

Estupendo tu monográfico sobre Allen. Directo y con gran acierto en cada breve reseña.

A ver, amigo Daniel, te digo mis favoritas del señor Allen, director que siempre me ha gustado (aunque reconozco que me quedan algunas de sus cintas pendientes):

"Misterioso asesinato en Manhattan"
"Zelig"
"Delitos y faltas"
"Hannah y sus hermanas"
"Toma el dinero y corre"
"Dias de radio"
"Match Point"
"Acordes y desacuerdos"
"Granujas de medio pelo" (el arranque unicamente)
"Todo lo que usted..." (solo la historia del hombre que se traviste en casa de unos amigos y el gag de la oveja en ropa interior. El resto, como dices, no ha envejecido bien)

Saludos septimocieleros!

Daniel Quinn dijo...

Muchas gracias por los inmerecidos halagos y por tu preciso top ten, jeje. Yo lo he estado pensando y tengo grandes dificultades para elegir 10 películas, tendría que ampliarlo a 13 o 15 por lo menos (siendo muy severo), así que prefiero dejarlo como está.
Saludos!!

Anónimo dijo...

Vale, y de este pack ya siles todas, que son las que he visto en cine (casi todas).

Mis prefes: Poderosa Afrodita y el Escorpión. Son de esas que puedo ver mil veces y reirme igual o más cada vez que las veo.

Me gustan todas, la verdad. No hay ninguna que diga "es malucha, mediocre". Pero sí que hay algunas que veo "por debajo": Acordes y los Granujas. De Celebrity, Balas y Todos me gustan más los personajes y los diálogos que las historias. Desmontando la recuerdo como chupi, aunque la tengo muy olvidada. Todo y Un final me lo hicieron pasar muy bien, y me da penita que siempre las pongan en el saco de las menores :)

Daniel Quinn dijo...

Yo creo que las "maluchas" de Woody serían la mejores de muuuuuchos directores, pero aun así se nota que no siempre está igual de inspirado. Ya veremos qué ocurre de ahora en adelante con el giro que parece haber dado a su carrera...
Saludos!!

Anónimo dijo...

Me encanta Allen, pero sí es cierto que ha hecho films bastante mediocres a lo largo de su amplia carrera. Si tuviera que hacer un "top 10", me quedaría con:
- Delitos y faltas
- Manhattan
- Annie Hall
- Hannah y sus hermanas
- Match point
- Misterioso asesinato en Manhattan
- Maridos y mujeres
- September
- La rosa púrpura del Cairo
- Y espero que esta sea "Scoop", porque aparte de las que no he visto, no he encontrado ninguna que merezca estar en su top 10, así que me quedo con un top 9.

Saludos desde "el 7º arte", Daniel.

Daniel Quinn dijo...

Hola Ramón, gracias por tu visita y por tu top, que me parece muy muy bueno (el mío sería prácticamente igual). Me alegra especialmente ver que has metido Septiembre por ahí, una de sus películas generalmente olvidadas.
Saludos!!

Anónimo dijo...

Si, Septiembre, aunque fuera bastante abucheada por la crítica, me pareció una gran muestra de la admiración que Allen tiene por Bergman.
Saludos.