1.-Portugal. Cuando yo pensaba que nuestro país vecino tenía un enorme potencial literario que, sin embargo, sólo se veía refrendado en el mundo cinematográfico por algún director aislado como Manoel de Oliveira, me he ido dando cuenta de que hay todo un mundo por descubrir en el cine portugués. Además de adentrarme con más profundidad y disfrutar de verdad de algunas películas de Oliveira (como la sublime El valle de Abraham, O dia de desespero, El principio de la incertidumbre y algunas más), he visto por primera vez las obras de algunos directores a los que tenía muchas ganas y que me han maravillado. Por un lado, tenemos al difunto Joao Cesar Monteiro, que, desde unas formas absolutamente rigurosas, incurre en la transgresión de códigos y la búsqueda de unas raíces unívocamente portuguesas a través del humor y la consciencia de la gravedad de la vida y la muerte. Por otro, el cine del futuro, Pedro Costa, que partiendo de un cine social de raigambre bressoniana (como se puede apreciar en Ossos) dirige sus miras a un modo de hacer las cosas que conjuga la ética y la estética, asimilando a los clásicos y redirigiéndolos, mediante una extraña poética de los desamparados, hacia un humanismo que parece coger el relevo de Rossellini y Straub para llevarlo todavía más lejos. Porque el cine social no tiene que ser viejo y acartonado; hay vida después de Ken Loach. Para muestra, Juventude em marcha. Y esto no es todo, porque detrás de estos consagrados viene una interesantísima hornada de directores que, como Teresa Villaverde, demuestran que el cine de su país tiene, desde su pequeña trinchera, una entidad que ya quisieran en cualquier parte del mundo. Y bueno, por último no podemos olvidarnos del padre de toda esta gente, el incansable Paulo Branco.

2.-Hong Sang Soo. El ciclo integral de La casa encendida nos ha permitido conocer el trabajo de este coreano afrancesado (y rohmeriano, al gusto de este blog) que va mucho más allá de los habituales pastiches genéricos a los que se asocia habitualmente el cine de su país. Ya comentamos por aquí en su día cada una de sus películas, y hasta tuvimos un fugaz encuentro cuando vino a presentar Tale of cinema.


3.-Nobuhiro Suwa. Otro descubrimiento oriental. Autor de una película monumental como M/Other, difícilmente superable, que refrenda al cine japonés en un esplendor que en ocasiones se ha puesto en duda (la losa de los clásicos). También vimos su viaje a Europa en Un couple parfait. Ay, afrancesado tenía que ser...
4.-Ozu y Mizoguchi. Dos clásicos que nunca se agotan. Cuando
crees que has visto todo lo esencial, aparecen, circulando por las redes cibernéticas, nuevas películas que te dejan asombrado. Ozu siempre ha sido uno de los predilectos de este blog, y aunque contínuamente parezca hacer la misma película, las obras escondidas entre sus grandes clásicos acaban desvelando parcelas ocultas del sentimiento y la condición humana. Ozu es algo que va mucho más allá del cine y que todavía no he descubierto cómo poder explicar. El
final del verano, Primavera precoz, El color del crepúsculo en Tokio..., todas son únicamente misteriosas, en su sencillez y en su inmensidad. Y con Mizoguchi sucede algo parecido, aunque poco tenga que ver con Ozu más allá de la nacionalidad. Parece mentira que en el año 39 pudiera filmar una obra como Historia del último crisantemo; si el melodrama existe, deberíamos mirar a Mizoguchi mucho antes que a Sirk o Fassbinder (bueno, también está Ophüls, pero dejamos para otro día a los seres superiores).

5.-Histoire(s) du cinema. Para muchos, la mayor obra artística del siglo XX. No sólo es reflexión y belleza, también es moralidad, distancia y sabiduría. En fin, Godard. Ha aparecido en DVD, en alguna cadena de televisión digital, e incluso se ha proyectado en cines en Barcelona. Todo para nuestro gozo (aunque algunos no opinen lo mismo...).
6.-Inland Empire. También comentada en su momento, otra obra que mira al futuro desde la absoluta libertad que contó David Lynch para grabar su película más personal. El cine se abre y se fusiona con otras artes, ¿el sueño de los surrealistas? Ante todo, tres horas para disfrutar con la boca abierta.

7.-Les amants reguliers. Película monumental de Philippe Garrel, nunca estrenada en nuestro país, pero que ha discurrido por algunas filmotecas nacionales. Belleza pura en la más sincera mirada al mayo del 68. Igual que con Lynch, tres horas para dejarse llevar, aunque de otra manera. Grande Garrel.

8.-Al oeste de los raíles (Wang Bing). Y hablando de películas largas, este documental chino de más de nueve horas pudo verse en la Filmoteca en tres sesiones. Demostrando que basta una cámara, corazón y un ojo abierto. Erice quedó maravillado, y no es para menos. Cómo hacer que la cámara se disuelva en la vida y el cine cobre trascendencia mediante su desaparición. Sí, nueve horas entre fábricas abandonadas, obreros que sobreviven y..., ¿esperanza? Herrumbre, vestigios, rieles...
9.-Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce 1080 Bruselas. Clásico fundamental del cine de autor que al fin he podido ver y que, quizás a diferencia de otras películas igual de importantes, me ha llegado a lo más hondo. También comentada por aquí más ampliamente.

10.-Navidades en julio. Y para terminar, un clásico de la comedia hollywoodiense, porque también entre lo más comercial se pueden encontrar joyitas. Esta cinta de sólo una hora de duración demuestra que Preston Sturges es un forjador de mitos y, siguiendo los modos de una película de Capra, consigue ir más allá y dibujar todo un mapa emocional y cultural de su país. Para disfrutar pensando o con la mente en blanco después de un duro día de trabajo. Porque, como entendió Sullivan entre presos en la iglesia, al final lo importante se reduce a lo inmediato. Sturges lo entiende y es preciso, inmediato e implacable. ¿Es esta película la autoconciencia de "América"? Por lo menos ayuda a explicarla, a que entendamos cómo las cosas se transforman sin que apenas nos demos cuenta.

Por último, por poner un poco de orden, seguir unas reglas y poder comparar con algo, mis diez estrenos favoritos del año en salas comerciales. Sólo una entró en la lista anterior, pero todas merecen la pena. Obviamente, me falta más de una interesante por ver, como Lady Chatterley o los últimos Auster (en quien confío a pesar de las furibundas críticas) y Ang Lee. Y claro, aparte de las joyas ocultas que hayan pasado silenciosas. Por desgracia no hay tiempo para ver todo.
1.-Inland Empire (David Lynch)
2.-El romance de Astrea y Celadón (Eric Rohmer)
3.-El bosque del luto (Naomi Kawase)
4.-Naturaleza muerta (Jia Zhang-Ke)
5.-Belle toujours (Manoel de Oliveira)
6.-María Antonieta (Sofia Coppola)
7.-Promesas del este (David Cronenberg)
8.-El sueño de Casandra (Woody Allen)
9.-Last days (Gus van Sant)
10.-En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerín)
Y claro, antes de desear una buena entrada de año, hay que recordar que hemos tenido año Rohmer, que esperemos no sea el último. ¡Larga salud y actividad, que 88 no son nada!

2.-Hong Sang Soo. El ciclo integral de La casa encendida nos ha permitido conocer el trabajo de este coreano afrancesado (y rohmeriano, al gusto de este blog) que va mucho más allá de los habituales pastiches genéricos a los que se asocia habitualmente el cine de su país. Ya comentamos por aquí en su día cada una de sus películas, y hasta tuvimos un fugaz encuentro cuando vino a presentar Tale of cinema.


3.-Nobuhiro Suwa. Otro descubrimiento oriental. Autor de una película monumental como M/Other, difícilmente superable, que refrenda al cine japonés en un esplendor que en ocasiones se ha puesto en duda (la losa de los clásicos). También vimos su viaje a Europa en Un couple parfait. Ay, afrancesado tenía que ser...
4.-Ozu y Mizoguchi. Dos clásicos que nunca se agotan. Cuando



5.-Histoire(s) du cinema. Para muchos, la mayor obra artística del siglo XX. No sólo es reflexión y belleza, también es moralidad, distancia y sabiduría. En fin, Godard. Ha aparecido en DVD, en alguna cadena de televisión digital, e incluso se ha proyectado en cines en Barcelona. Todo para nuestro gozo (aunque algunos no opinen lo mismo...).
6.-Inland Empire. También comentada en su momento, otra obra que mira al futuro desde la absoluta libertad que contó David Lynch para grabar su película más personal. El cine se abre y se fusiona con otras artes, ¿el sueño de los surrealistas? Ante todo, tres horas para disfrutar con la boca abierta.

7.-Les amants reguliers. Película monumental de Philippe Garrel, nunca estrenada en nuestro país, pero que ha discurrido por algunas filmotecas nacionales. Belleza pura en la más sincera mirada al mayo del 68. Igual que con Lynch, tres horas para dejarse llevar, aunque de otra manera. Grande Garrel.


9.-Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce 1080 Bruselas. Clásico fundamental del cine de autor que al fin he podido ver y que, quizás a diferencia de otras películas igual de importantes, me ha llegado a lo más hondo. También comentada por aquí más ampliamente.

10.-Navidades en julio. Y para terminar, un clásico de la comedia hollywoodiense, porque también entre lo más comercial se pueden encontrar joyitas. Esta cinta de sólo una hora de duración demuestra que Preston Sturges es un forjador de mitos y, siguiendo los modos de una película de Capra, consigue ir más allá y dibujar todo un mapa emocional y cultural de su país. Para disfrutar pensando o con la mente en blanco después de un duro día de trabajo. Porque, como entendió Sullivan entre presos en la iglesia, al final lo importante se reduce a lo inmediato. Sturges lo entiende y es preciso, inmediato e implacable. ¿Es esta película la autoconciencia de "América"? Por lo menos ayuda a explicarla, a que entendamos cómo las cosas se transforman sin que apenas nos demos cuenta.

Por último, por poner un poco de orden, seguir unas reglas y poder comparar con algo, mis diez estrenos favoritos del año en salas comerciales. Sólo una entró en la lista anterior, pero todas merecen la pena. Obviamente, me falta más de una interesante por ver, como Lady Chatterley o los últimos Auster (en quien confío a pesar de las furibundas críticas) y Ang Lee. Y claro, aparte de las joyas ocultas que hayan pasado silenciosas. Por desgracia no hay tiempo para ver todo.
1.-Inland Empire (David Lynch)
2.-El romance de Astrea y Celadón (Eric Rohmer)
3.-El bosque del luto (Naomi Kawase)
4.-Naturaleza muerta (Jia Zhang-Ke)
5.-Belle toujours (Manoel de Oliveira)
6.-María Antonieta (Sofia Coppola)
7.-Promesas del este (David Cronenberg)
8.-El sueño de Casandra (Woody Allen)
9.-Last days (Gus van Sant)
10.-En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerín)
Y claro, antes de desear una buena entrada de año, hay que recordar que hemos tenido año Rohmer, que esperemos no sea el último. ¡Larga salud y actividad, que 88 no son nada!