sábado, julio 21, 2007

Adrienne Shelly, Hartley..., y Godard


Hasta hace unas semanas, Adrienne Shelly sólo era para mí la chica de las primeras películas de Hartley: La increíble verdad y Trust. Entonces leí un artículo en Miradas donde se comentaba el próximo estreno de una película escrita y dirigida por ella misma, la comedia romántica Waitress, tras lo que averigüé que no era la primera, sino ya la sexta película que salía de sus manos. No era, ni mucho menos, una debutante. También me enteré en ese momento de que la joven y polifacética Adrienne, a sus 40 años, había sido víctima de un extraño asesinato, digno de cualquier cinta policiaca, allá por el mes de noviembre de 2006. Pego de Blogdecine:

Shelly fue hallada muerta colgada con una sábana sobre la bañera. La familia no daba crédito a que la mujer, que ni siquiera había dejado una nota, se hubiera quitado la vida. Como si de un caso de C. S. I. se tratase, la insistencia de la familia y el hallazgo de unas huellas en el cuarto de baño, que no correspondían a los zapatos que usaba la víctima, además de otros detalles como el de que la sábana no estuviera tensa, llevó a la policía a sospechar que se trataba de un montaje realizado por el asesino.

El ecuatoriano Diego Pillco, obrero de la construcción de 19 años, confesó el asesinato de Adrienne Shelly en una declaración por escrito y en cinta de video, dijo el fiscal adjunto Marit Delozier en la audiencia de comparecencia de Pillco en la Corte Suprema estatal. Se ordenó la detención de Pillco sin derecho a pago de fianza hasta una audiencia. Al parecer, el acusado discutió con Shelly después de que ésta se quejara de los ruidos que provenían de un apartamento situado debajo del suyo. Durante la discusión, el joven golpeó a la mujer dejándola inconsciente y trató de aparentar que se trataba de un suicidio. La fiscal explicó que evidencias forenses indicaban que Shelly no murió a consecuencia del golpe recibido sino a causa de una compresión del cuello.

La actriz, escritora y directora de cine Adrienne Shelly había nacido en el barrio neoyorquino de Queens con el nombre de Adrienne Levine. Estaba casada con Andy Ostroy, con quien tenía una hija, Sophie, de 3 años.





Este surrealista y desgraciado acontecimiento parece sacado, sin duda alguna, de una película de Hal Hartley, uno de los pocos directores que son capaces de tamizar un humor surrealista y negro, haciéndolo desembocar en la tristeza comprensiva que, por medio de unos personajes profundamente humanos y conmovedores, nos hace sonreír de medio lado. Seguramente estemos, junto con Jim Jarmusch, ante el más genuino realizador independiente de Estados Unidos. Su forma de entender el cine deriva, más que del padre de todos "indies", John Cassavettes, del gran Jean Luc Godard, al que ha sabido entender, homenajear y deconstruir mucho mejor que el parlanchín Quentin Tarantino. Pero está claro que Hartley es más discreto, vende menos, y por eso sus películas no se estrenan en España desde los tiempos de Henry Fool.

Hartley sería otro perfecto ejemplo de aquellos que logran con su obra artística alcances globales, películas que conmocionan en cualquier punto del planeta, a través de historias y argumentos absolutamente locales, siempre muy arraigadas a su adorada Long Island. El mundo Hartley es aquél que intenta comprender a los inadaptados, darles una oportunidad y revelarles la verdad que no pueden aprehender por sí mismos ante una sociedad que se les muestra agreste y antipática. Aparte de la comprensión, la otra palabra clave en Hartley quizás sea la comunicación, la única forma de salvación que tienen sus personajes, algo acomplejados hasta que se les brinda la oportunidad de entablar contacto espiritual con alguien. Y es este contraste el que mejor le permite explorar los límites de la soledad, ofreciendo a su pesimista visión de las cosas una salida que, si no optimista, al menos nos incita a seguir confiando en nuestros semejantes como única manera de salir adelante.

A la espera de que Hartley vuelva a ser parte de nuestras carteleras, de momento habrá que conformarse con recuperarlo por otros medios, y revisar sus películas con Adrienne Shelly puede ser una gran opción. Aquí dejo un pequeño homenaje a la actriz que he encontrado en Youtube (¿qué mejor homenaje que dejar de leer y verla en acción?), así como otro clip que recoge algunos momentos de las películas de Hartley.






Ah, y yo siempre pensé que Adrienne Shelly era a Hartley lo que Anna Karina a Godard...

3 comentarios:

Little Turtle dijo...

me parece que en uno de los últimos festivales de sitges se estreno una peli suya de ciencia ficción.

la verdad, le tengo perdida la pista desde hace tiempo.

por cierto, gijón saco hace unos años un librito magistralmente escrito por SS sobre hartley y con el nexo común de las variaciones goldberg. una delicia leerlo.

Daniel Quinn dijo...

La variaciones de Harley..., sí, recuerdo ese libro, aunque no he tenido la oportunidad de leerlo.

Yo no he visto nada de Hartley desde Henry Fool (de las anteriores creo que sólo me faltaba Flirt, aparte de los cortos). Después de eso tiene unas cuantas, es una pena que por aquí apenas tengamos noticias.

Primero vino El libro de la vida, que se editó por aquí en DVD en una extraña colección que coincidía con el fin de siglo, "Historias del milenio" (en la que también salió "The hole", de Tsai). Tengo curiosidad por esa peli, de poco más de una hora de duración, en la que vuelve a su fetiche Martin Donovan (como Jesucristo!!!) y convierte en actriz a P.J.Harvey (como María Magdalena), de la que no conocía esta faceta.

Después vino No such thing, con Sarah Polley y Helen Mirren; luego la que dices de ciencia ficción, que estuvo en Sitges, The girl from monday, y, por último, la continuación de Henry Fool, Fay Grim, que se presentó en la última Berlinale.

A ver si todavía nos llega algo, aunque a este ritmo...

Un saludo Little!!

BUDOKAN dijo...

Hace rato que le perdí el rastro pero recuerdo el film de ciencia ficción que menciona Little Turtle, en cuánto al post gracias por evocarla a mi memoria. Saludos!