¿Tendrá que ver el malvado magnate de ¡Qué bello es vivir! de Capra, Henry Potter, con el malvado magnate de El largo adiós, Harlan Potter? Desde luego, hay demasiadas similitudes.
Del cine familiar de Capra a la oscura novela negra de Chandler.
Me pregunto si Raymond Chandler pretendería homenajear o ironizar sobre la película de Capra cuando escribió El largo adiós. Me pregunto si le gustaría y si vería esa negra sombra que algunos hemos visto siempre sobre ¡Qué bello es vivir! En principio son dos obras que no pueden estar más alejadas: una bucea en lo más turbio de la sociedad y la otra busca el lado bueno de cada individuo como salvación de los males de la sociedad. Podrían ser las dos caras de una moneda, un engranaje dual con el señor Potter ejerciendo de bisagra.
Y sin embargo, igual que el cine de Capra nunca me pareció tan familiar, tampoco creo que la literatura de Chandler sea tan oscura. Maravillosamente ambiguos.
Y sin embargo, igual que el cine de Capra nunca me pareció tan familiar, tampoco creo que la literatura de Chandler sea tan oscura. Maravillosamente ambiguos.
Frank Capra, el pesimismo de un idealista
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