En una escena de Turning Gate dos amigos visitan a la amiga de uno de ellos en su escuela de danza, donde ella les interpreta un baile clásico, otro moderno y una salsa. De este modo, Hong Sang Soo parece decirnos que en su obra se integran tres tipos de cine: por un lado la vertiente clásica, orientalizante, heredera directa de Yasujiro Ozu; por otro lado tenemos un cine comprometido con la postmodernidad, autorreflexivo con el medio, autobiográfico, formalmente audaz, preocupado por fundir realidad y ficción en una masa compacta e indivisible; y por último, un lado popular que hace sus películas accesibles al gran público, mostrándonos inquietudes que son las de todos y conflictos con los que cualquiera puede identificarse fácilmente.
Por esta razón (aunque los films de Hong Sang Soo escondan en sus entrañas una enorme complejidad), me extraña muchísimo la invisibilidad de este director en nuestro país. Creo que es alguien que tendría su público (un público fiel, además), que podría ampliarse sin ninguna dificultad. En los últimos tiempos se han estrenado algunas películas de similares latitudes mucho más arduas para el espectador, como Tropical Malady de Apichatpong, Three times de Hou Hsiao Hsien, o El sabor de la sandía de Tsai Ming Liang. Así que no sé suál será la razón de este olvido que ya empieza a durar demasiados años.
Pero volviendo a lo que nos ocupa, Turning Gate se nos abre como un fascinante cofre de metáforas donde la desolación y la tragedia se presentan disfrazadas de comedia, de fina ironía. Pero claro, en ocasiones no hay nada tan punzante, duro y (en este caso) patético como un golpe de humor soterrado y desencantado. La película vuelve a presentar una estructura fragmentada en dos partes, la primera recurriendo una vez más al ya comentado trío entre amigos del que tanto partido saca el director, y la segunda centrando la miranda en sólo dos personajes. En general podemos ver el film como un viaje de imposible redención que el protagonista (un actor de cine recientemente fracasado) emprende sin esperanza alguna, como movido por inercia, sabedor de que el amor es algo ajeno a él, y buscando refugio en el sexo y otras actividades a las que le resulta más fácil acceder. Hong Sang Soo juega con el recuerdo, la memoria y su proyección en el presente, al tiempo que reflexiona, más claramente que nunca, sobre el tema del azar, señalando con absoluta claridad el papel impulsor que el ser humano debe tomar para que ese azar exista. Me explico. El azar está continuamente en nuestras vidas, nos invade y nos sorprende sin que casi nos demos cuenta, y sólo a veces somos conscientes de ello. En ese momento podemos hacer que ese azar florezca o que se diluya en el tiempo, según la opción que elijamos, según la personalidad del sujeto y las circunstancias que envuelvan el momento concreto. Este tramo de la película (que no desvelo porque todo el que la haya visto habrá identificado) nos remite con claridad a Antes del amanecer, la sorprendente comedia de Richard Linklater, al tiempo que nos invita a pensar en el viaje iniciático que emprendió el director de cine de la película de Preston Sturges Los viajes de Sullivan.
Aunque más enmascarado que en otras ocasiones, volvemos a tener un juego de espejos, de plano-contraplano, como define la crítica, en una película que se dobla limpiamente sobre su eje, mostrándonos el contraste entre un amor funcional y de ocasión y un amor verdadero y sentido. Me resulta difícil encontrar una película donde las escenas de sexo (descarnadas y esclarecedoras una vez más) revelen tanto acerca de la naturaleza de las relaciones de las personas que las protagonizan.
Por esta razón (aunque los films de Hong Sang Soo escondan en sus entrañas una enorme complejidad), me extraña muchísimo la invisibilidad de este director en nuestro país. Creo que es alguien que tendría su público (un público fiel, además), que podría ampliarse sin ninguna dificultad. En los últimos tiempos se han estrenado algunas películas de similares latitudes mucho más arduas para el espectador, como Tropical Malady de Apichatpong, Three times de Hou Hsiao Hsien, o El sabor de la sandía de Tsai Ming Liang. Así que no sé suál será la razón de este olvido que ya empieza a durar demasiados años.
Pero volviendo a lo que nos ocupa, Turning Gate se nos abre como un fascinante cofre de metáforas donde la desolación y la tragedia se presentan disfrazadas de comedia, de fina ironía. Pero claro, en ocasiones no hay nada tan punzante, duro y (en este caso) patético como un golpe de humor soterrado y desencantado. La película vuelve a presentar una estructura fragmentada en dos partes, la primera recurriendo una vez más al ya comentado trío entre amigos del que tanto partido saca el director, y la segunda centrando la miranda en sólo dos personajes. En general podemos ver el film como un viaje de imposible redención que el protagonista (un actor de cine recientemente fracasado) emprende sin esperanza alguna, como movido por inercia, sabedor de que el amor es algo ajeno a él, y buscando refugio en el sexo y otras actividades a las que le resulta más fácil acceder. Hong Sang Soo juega con el recuerdo, la memoria y su proyección en el presente, al tiempo que reflexiona, más claramente que nunca, sobre el tema del azar, señalando con absoluta claridad el papel impulsor que el ser humano debe tomar para que ese azar exista. Me explico. El azar está continuamente en nuestras vidas, nos invade y nos sorprende sin que casi nos demos cuenta, y sólo a veces somos conscientes de ello. En ese momento podemos hacer que ese azar florezca o que se diluya en el tiempo, según la opción que elijamos, según la personalidad del sujeto y las circunstancias que envuelvan el momento concreto. Este tramo de la película (que no desvelo porque todo el que la haya visto habrá identificado) nos remite con claridad a Antes del amanecer, la sorprendente comedia de Richard Linklater, al tiempo que nos invita a pensar en el viaje iniciático que emprendió el director de cine de la película de Preston Sturges Los viajes de Sullivan.
Aunque más enmascarado que en otras ocasiones, volvemos a tener un juego de espejos, de plano-contraplano, como define la crítica, en una película que se dobla limpiamente sobre su eje, mostrándonos el contraste entre un amor funcional y de ocasión y un amor verdadero y sentido. Me resulta difícil encontrar una película donde las escenas de sexo (descarnadas y esclarecedoras una vez más) revelen tanto acerca de la naturaleza de las relaciones de las personas que las protagonizan.
Seguramente sea, el protagonista de esta historia, el personaje más cercano al espectador de toda la filmografía de Hong Sang Soo. Esto no significa que estemos ante una caracterización más positiva: sigue siendo un truhán con los mismos defectos, problemas, inseguridades y arrebatos de otras veces, pero la ternura con que le trata la cámara lo convierte en alguien entrañable. Quizás en el descubrimiento del amor verdadero que decíamos antes radique el absoluto encanto de esta obra maravillosa, una de las más cuidadas de su director, en la que podemos disfrutar de los planos más profundos, sentidos, alegóricos y mejor compuestos de todo el cine de Hong Sang Soo.
12 comentarios:
cada vez me hechizan mas sus peliculas y me siento mas parte de su lenguaje. me resulta muy facil verme envuelto en las vicisitudes de los personajes, me gusta la manera que tiene de contar y sobre todo su mirada: critica y reflexiva, pero siempre llena de bondad hacia lo que retrata.
hacia mucho que no me sentia tan comodo, viendo escenas de sexo.
por cierto, atento al festi que se hace en los palafox.
hoy tideland
y el domingo la ultima de johnnie to.
Pues sí, a mí me pasa igual; no sé si es que voy adentrándome más y más en su mundo o que las películas que ponen de él son cada vez mejores. Ya me da un poco de vergüenza hablar tan bien de ellas, parece un poco peloteo, jeje.
Respecto a lo del Palafox, hoy no voy a poder (aunque de todos modos Gilliam es uno de mis directores más odiados, tendría que plantearme si ir). Y de To aún no he visto nada, tengo pendiente Election desde hace muchos meses; este fin de semana la veré y según eso iré a Exiled.
Un saludo turtle!!
Siempre me alumbras con algo que desconozco...me refiero que muchas de las películas que comentas me resultan lejanas o casi no he oído hablar de ellas. En este caso estoy buscando informaicón de turning gate (aunque de momento no he encontrado mucho) ya te contaré.
Por otra parte, yo también se la tengo jurada a Gillian.
Ibán! Pues lo mejor que puedes hacer es venirte el miércoles que viene a La casa encendida y así juzgas por ti mismo, jeje. Yo iré a las 20:00, como siempre, a ver qué nos ofrece Virgin stripped bare by her bachelors. Ya me avisarás.
Un saludo!!
me gusto tu pagina, soy un fanatico del cine, aunque no soy un gran conocedor del cine oriental, voy a poner un link tuyo en mi pagina para que los que me leen puedan enlazarte.
Gracias Rubén! Me alegro de que te guste. Un saludo!
"Virgin stripped..." deslumbra bastante, aunque todavía es un poco rígida con eso de las composiciones fijas y las rupturas formales en el punto de vista. Lo digo respecto a la libertad que mueve a sus mejores películas que para mi son "Woman on the beach", "Turning Gate" y "Tale of cinema". Por cierto, no te pierdas "Election" que es buenísima ^^.
Es cierto que comparando las primeras películas con las últimas se nota la rigidez de unas contra la flexibilidad y la libertad de las otras. Como si sus primeras películas trataran de esquematizar con claridad unas estructuras con las que iba a jugar después para darnos sus mayores obras.
Un saludo Carlos!
hey!
hoy andare por ahi, no te sera muy dificil reconocerme, siempre me siento a la izquierda y en la primera fila. delgado, moreno y con gafas :)
por cierto, acabo de abrir el cultura/s y en su repaso a tres propuestas que indagan en cines no avistados de forma habitual en la peninsula, aparece woman of the beach. menos mal que hay gente que se hace eco de estas propuestas. clama al cielo que propuestas como la de hong no lleguen a las salas comerciales, me cuesta creer que un cine de esta calidad no tenga su publico. me parece inaudito. ayer me comentaba un amigo que inland empire, ya solo se podia ver en las sesiones de las cuatro o las diez.
ah, tambien se comenta una noticia, que no me ha sorprendido tanto: Honor de cavalleria se estrena en 60 cines en Francia.
lo dicho, andare por alli. un saludo.
Brian
Tendré que empezar a profundidar en estas películas que comentas porque la verdad... me suenan muyyy poco.
Saludos.
Estupendo! Esta tarde te veo Little turtle.
Raquel, es cuestión de paciencia, para conocer a Hong Sang Soo ya sabes lo que tienes que hacer; yo tampoco había visto nada de él antes del ciclo éste.
Un saludo!
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