domingo, septiembre 17, 2006

The World, de Jia Zhang-Ke


Estos días, a raíz de la Mostra de cine de Venecia, se está desarrollando en Internet un interesante movimiento de respuesta a la crítica española de los medios generalistas, que parece empeñada en descalificar y echar por tierra toda novedad cinematográfica que se salga de los límites habituales. Lo cierto es que esto ocurre desde hace bastante tiempo, pero ahora hemos llegado a cotas impensables. Nos encontramos, por ejemplo, con que estos críticos no han visto la película ganadora amparándose en excusas poco creíbles, refugiándose después en sus puestos de francotiradores para encauzar el temporal. No sé si serán conscientes de que su apoyo a películas como "The Queen", o "Bobby" (de cuya valía no dudo, al menos hasta que las vea) no va a tener excesiva repercusión, pero su desprecio al cine de los Straub, Tsai Ming Liang, Jia Zhang Ke o Apichatpong Weerasethakul contribuirá a la ignorancia de los distribuidores y la desinformación general del público. Pero bueno, para más información dejo un enlace al artículo que ha publicado sobre el tema la revista Tren de sombras.



Y ahora nos centramos en "The World", la película de Jia Zhang Ke anterior a su reciente ganadora del León de oro, "Naturaleza muerta". La premisa de partida ya resulta muy interesante: estamos en un parque temático que se vende como una representación del mundo, con réplicas a escala de los monumentos más representativos del orbe: tenemos las torres Eiffel y de Pisa, el Big Ben, el Arco del triunfo, y muchos más..., ¡hasta las torres gemelas!. Este escenario funciona como metáfora quizás demasiado grande, que nos presenta la imparable globalización, la apertura de la nueva China, la invasión capitalista, la colonización de la imagen y la tecnología... Todo dentro de un microcosmos de personajes que son prisioneros del mundo, nunca mejor dicho, y viven enclaustrados en cajas de cerillas con literas y paredes carcomidas. Sin embargo, no hay más que cruzar una agrietada y desgastada puerta para encontrarnos con el lujo y el despilfarro de un ambicioso parque temático.

La película se centra, fundamentalmente, en la vida de dos trabajadores del parque que llevan su extraña relación de pareja de un modo que a veces parece acercarse al amor, otras a la inercia, y otras a la supervivencia. Él trabaja en la seguridad del parque, vigilando a lomos de su caballo, mientras ella baila en los espectáculos diseñados para los turistas. Tenemos así una nueva dualidad, la que marcan los elocuentes silencios de las habitaciones y los efusivos bailes de las chicas (esto me recuerda "Shara", la cinta de Naomi Kawase, y lo que allí era un baile de exorcización y liberación, atado a la tradición popular, se convierte en "The World" en una atadura más, una imposición de artificiosidad que contribuye a la represión de los personajes).

La narración se nos presenta lineal en todo momento, pero, cuidado, no de la manera habitualmente lineal, sino de un modo muy fragmentado, como si no fuéramos capaces de aprehender toda la realidad y tuviéramos que conformarnos con desentrañarla a partir de detalles de exquisita pureza. Hay también otras experimentaciones visuales muy interesantes, que no quiero desvelar, que funcionan unas veces como metáfora, otras como elegante elipsis, y otras como plasmación de los sentimientos más íntimos del personaje en cuestión. Pero si por algo se caracteriza la película es por la forma en que todos los personajes reprimen sus miedos y sus necesidades, convirtiendo a una desconocida que habla otro idioma y con la que es imposible la comunicación en la mejor amiga, o haciendo de una hipotética boda un refugio de seguridad. Y además de una crítica claramente política, tenemos también crítica social más directa, a las condiciones de trabajo en China y la ausencia de derechos de los obreros (lo que me trae a la mente una estremecedora película china también inédita por estos lares, "Blind Shaft", que versaba totalmente sobre esto, centrándose en el submundo de los mineros).



Posiblemente la fragmentación de la que hablaba antes sea la responsable de que no termine de entrar del todo en la película. La magnífica sensibilidad de Jia ante ciertos detalles dibuja escenas maravillosas que, en ocasiones, no alcanzan el clímax ante las radicales elipsis que nos desplazan continuamente y exigen al espectador un esfuerzo de rehubicación. De todos modos, ese peaje es mínimo, y la recompensa mucho más que satisfactoria.

Conforme avanza el metraje se van superponiendo más personajes a los dos protagonistas centrales, con historias que se nos pintan a ráfagas (al igual que la principal) y que contribuyen a crear el clima de desesperanza y pérdida necesario que busca el director como metáfora de un tiempo y una situación política y social mucho menos alagüeña de lo que algunos pretenden hacernos creer. Una desesperanza que sólo puede tener un final... ¿O un principio?

PD: para los que hablaban de gran sorpresa en el festival de Venecia y trataban a Jia Zhang Ke como un neófito, dejo este enlace de una página americana que sitúa dos de sus películas entre las cien mejores de lo que llevamos de siglo en la cinematografía mundial.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No pretendo generalizar porque entre la crítica española hay de todo; pero realmente si que es verdad que se están cometiendo unos despropósitos bastante importantes en algunos medios y sobre algunos críticos pretendidametne consolidades. Yo creo que el mejor ejemplo es el que reseñas: La mostra de Venecia

Daniel Quinn dijo...

Así es Ibán, resulta un poco vergonzoso. Con la de gente que iría a esos festivales con toda la ilusión de ver la nueva película de Jia y los corresponsales españoles pasan olímpicamente. Dejo un par de enlaces más, del foro cinexilio, para quien le interese: El debate sobre el estado de la crítica
Venezia 2006

Rosenrod dijo...

La verdad es que la soberbia y cortedad de miras de nuestra crítica es bastante preocupante. Y tienes toda la razón: al fin y al cabo, al crítico cabe exigirle algo más que a un espectador común.

Por otro lado: impresionantes tus conocimientos de cine oriental. Es un gusto leerte.

Un saludo!

Daniel Quinn dijo...

Muchas gracias Rosen!!

Pero en cine oriental estoy todavía bastante verde. Lo que ocurre es que como me veía tan perdido en los últimos tiempos he estado (y sigo en ello) poniéndome un poco al día, y ver cosas más allá de Kurosawa-Mizoguchi-Ozu :)

Saludos!!

John Trent dijo...

Respecto a la critica, decir que hace tiempo que solo leo (no me fio, puesto que para fiarme lo primero es mi opinion y para eso tengo que verla antes y, a parte, me fio en todo caso mucho mas de la gente que escribe en los blog, opiniones mucho mas imparciales y sin prejuicios, por lo general), las de determinados criticos, obviando por completo lo que digan otros o incluso utilizandolos, en caso de hablar mal, como guia para saber lo que tengo que ver.

Respecto a la pelicula, he leido la premsisa (no quiero leer mas, por si hay algun SPOILER) y me parece muy interesante y original. Una muestra mas de que la originalidad aun esta presente en el cine, mas alla de lo que la mayoria de la gente conoce porque pasan por las multisalas y es anunciado en TV.

A ver si nos seguimos escribiendo por aqui, muy interesante tu blog.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ha sido un artículo muy didáctico, he aprendido muchisimo de un tema que desconocía y me he entretenido con tu amena redacción. Un placer este paseo por tus letras.
Un saludo literario

Anónimo dijo...

Ha sido un artículo muy didáctico, he aprendido muchisimo de un tema que desconocía y me he entretenido con tu amena redacción. Un placer este paseo por tus letras.
Un saludo literario

Daniel Quinn dijo...

Muchas gracias John y Tautina!! Incorporo vuestros blogs a mis lecturas y enlaces, que también me parecen muy interesantes.
Por cierto, aquí aprendemos todos de todos :)
Saludos!!