El otro día se presentó en Berlín la última película del mítico Jacques Rivette, Ne touchez pas la hache, con la que el francés, de 78 años, vuelve a adaptar a Balzac después de la magnífica experiencia de La bella mentirosa. Aquí no tenemos a Emmanuelle Beart (que sí está en la última de Techiné), pero contamos con Jeanne Balibar (a la que vimos también con Rivette hace cosa de un lustro en Vete a saber) y Guillaume Depardieu. Y en la crítica española, afortunadamente, no se da el abucheo generalizado que podíamos imaginar, gracias a la crítica de Elsa Fernández-Santos en El país:
El Festival de Berlín entra en su recta final y las cábalas sobre los posibles premios empiezan a ser un entretenido juego de pasillo. De momento no hay apuestas serias, pero un periódico alemán asegura que un lector de labios infiltrado en la Berlinale tiene datos fiables sobre la película favorita del jurado. Ajena a esta bizarra red de espionaje continúa el concurso. Y ayer, la nueva película de uno de los padres de la nouvelle vague, Jacques Rivette, llenó de sentido su programación. Tenga premio o no, Ne touchez pas la hache, adaptación de la novela de Honoré de Balzac La duquesa de Langeais, es una de las mejores -o quizá la mejor- película hasta el momento
Rivette nos arrastra con su exquisita inteligencia y casi nos hace bailar con su cámara para contarnos una historia que, como dice uno de los personajes, habla de "amor, religión y música". La historia de Antoinette de Navarreins, la duquesa que con su coquetería pone del revés al general Armand de Montriveau, está narrada con un romanticismo despegado e irónico, pero a la vez terriblemente pasional. Una película fascinante, llena de guiños al espectador del siglo XXI, pero sin traicionar a los personajes que retrata.
El general Montriveau, harto de la cobardía de su amada, que le marea con su caprichosa caída de pestañas, decide vengarse. Y no hay mejor venganza que el silencio y la indiferencia. Lo que sigue son cartas sin respuesta, amor loco y desesperación por el abandono. La mimada duquesa huye de un mundo de flores y salones al suicidio de un convento. Guillaume Depardieu, atormentado, cojo y febril, busca a la mujer que él torturó hasta la locura. La actriz Jeanne Balibar borda ese personaje -espejo de una época- que paga el precio de su hipocresía. Y Rivette, con 78 años, hace un cine de una modernidad que enmudece.
Claro está, ha sido la única; los demás siguen a lo suyo. Esto escribió Oti en su blog:
Ayer fue, literalmente, una tortura: lo de Jacques Rivette, "Ne touchez pas le hache", es demoledor, soporífero, repetitivo, insoportable… La historia de una pasión destructiva entre una duquesa y un general (que contó Balzac en un pispás) se convierte en manos del veterano Rivette en una pastilla de dormolín.
Según veo en imdb, la película sólo dura dos horas y cuarto, con lo que será una de las más cortas de su director. Después de lo que hemos podido leer ya me estoy relamiendo. Esperemos que esta tarde se lleve algún premio de los gordos en el fallo del jurado (confío en Paul Schrader), que le permita tener una distribución decente en nuestro país (no como su anterior Historia de Marie y Julien, inédita y maravillosa).
7 comentarios:
Ya sabes que fiarse de la crítica española es lo peor, la mayoría (que no todos) están llenos de prejuicios, cegera y una extraña sensación de que parecen no querer ni hacer su trabajo. Especialmente Oti
Por cierto, la semana pasada al final no fui a la filmoteca a ver si esta sin falta...
Pues así es, Ibán; al menos en esta ocasión sí han visto la película ganadora, jeje. Y al final Rivette se ha quedado sin premio; ya veremos si la china y la argentina están a la altura.
Yo tengo la semana que viene dos citas fijas: el miércoles con Hong Sang Soo y el lunes o martes con Eastwood. No he podido ver Cartas desde Iwo Jima este fin de semana dado que la triste distribución que está teniendo no la ha traído todavía a Albacete...
Saludos!
Estoy de acuerdo con Ibán. Y no sólo los de los festivales, aunque en ese caso creo que la pereza es endémica (Si no les gusta ver pelis y hablar sobre ellas, pues oye, que no vayan, que seguro que hay muchos que están deseando suplirles), sino en general toda la crítica oficial, que es más rancia, cerrada y prejuiciosa, en términos generales, que paqué.
Va Savoir no la he visto, pero La Bella Mentirosa estaba muy bien. A ver si ésta consigue distribuirse dignamente en España y podemos descubrirla.
Saludos!
Me alegro mucho de que te gustara La bella mentirosa, Marnie :)
A mí me pareció, desde que la vi, la película definitiva sobre el proceso de creación pictórica y la relación artista-modelo (extrapolable a otras muchas cosas). La verdad es que el tema da para pensar una entrada sobre ello en los próximos días. O para uno de los rankings de Ibán :) A ver si se anima, jeje.
Yo acabo de terminar el último de Auster; a ver si mañana saco un rato para escribir algo antes de ir a ver Cartas desde Iwo Jima... ¡Qué ganas!
¡Hola!
Yo también me quedé muy sorprendido cuando encontré tu blog, sí que parece que coincidimos en muchas cosas.
Qué buena pinta tiene esta película de Rivette, espero verla pronto (todo lo que he visto de este director me ha encantado).
Y en cuanto a "No envejeceremos..." te la recomiendo muchísimo. En algunas cosas me recordó a "La mamá y la puta".
Gracias también por el enlace, nos leemos...
gracias por el blog ,
un saludos
www.oktomanota.com
sedmi: veo mal el estreno de la de Rivette, sinceramente; en la última salía Emmanuelle Beart que tiene su tirón y era de corte fantástico y nada... Veremos. Por cierto, en cuanto al ciclo de Daniel Schmid de la filmoteca, ¿alguna recomendación? No sé nada de ese hombre. De momento anoche vi la de Eastwood y esta tarde la tercera de Hong, escribiré en cuanto pueda. Ah, y estoy encantado de enlazar blogs como el tuyo.
Un saludo!!
oktomanota: gracias a ti :)
Publicar un comentario