miércoles, agosto 02, 2006

Sauvage innocence, de Philippe Garrel

El cine de Philippe Garrel nunca ha sido distribuido comercialmente en España, por lo que su nombre es desconocido para la gran mayoría de los espectadores. Yo, antes de esta película, sólo había podido ver la magnífica El nacimiento del amor y, según tengo entendido, sólo en su última etapa (a partir de los 90) se ha decidido a filmar un cine más narrativo, plasmando en la pantalla los sentimientos humanos con todo su desgarro, y dejando atrás sus películas experimentales de los 70. Garrel pertenece a esa generación que nació a rebufo de la Nouvelle vague, integrada también por cineastas como Jean Eustache o Maurice Pialat, en la que el desengaño y el dolor parecen impregnar toda visión del mundo.



Como buen miembro de su generación, su cine tiene un fuerte componente autobiográfico, como podemos ver, sin ir más lejos, en Sauvage innocence. Garrel mantuvo, durante diez años, una relación bastante turbulenta con Nico, la modelo y cantante alemana de la Velvet underground, prematuramente fallecida, y podemos ver esa influencia durante toda la cinta. Aquí el protagonista es un joven director de cine que busca financiación para realizar una película contra el mundo de las drogas, que odia desde que se llevara a su anterior pareja. Toda la primera mitad se desarrolla en ese sentido, buscando el dinero, buceando entre los huecos de su relación con otra joven, mostrándonos cómo la vida profesional inunda la personal y cómo la incomunicación se ve reflejada en cada decisión por medio de un sentimiento de desafecto e incomprensión. No podemos vivir solos, viene a decirnos Garrel, que aborda la relación de pareja como si fuera la filmación de una película, y la filmación de la película como una historia de amor.


La segunda mitad de la cinta se desarrolla en el propio rodaje, montrándonos lo que hay más allá del falso mundo que es el cine. Si Truffaut nos mostraba, en La noche americana, lo que se esconde detrás de un rodaje, aquí Garrel nos adentra en lo que hay detrás de lo que hay detrás del rodaje. Intenta ir más allá, interiorizando los secretos contenidos, que se expresan en cada gesto, en cada suspiro, hasta llegar a la catarsis que profetiza la imposibilidad de amar, e incluso de vivir, en un mundo en el que no mantengamos los ojos bien abiertos ante las señales invisibles que nos rodean.


Garrel nos sorprende en esta ocasión con un absoluto tour de force narrativo que se tambalea en dos puntos concretos del metraje, que no desvelaré pero pueden ser muy discutibles... Sin embargo, todo lo realiza con la verdad por delante, escrutando con la cámara cada reducto de vida, como un Bresson agnóstico que no busca la esencia en lo espiritual sino en lo humano.


Sauvage innocence es una obra desesperadamente viva, profundamente humanística, que emana una belleza radical y autosuficiente. Una auténtica pena que no podamos disfrutar de las películas de Philippe Garrel como se merecen, en pantalla grande.

2 comentarios:

Antonio Rando dijo...

Pues apuntito estaba de ver esta película; con más razón si esta aquí recomendada. Hace poco vi “Les Amants Reguliers” y aún estoy en estado de shock. No conocía nada de Garrel. Habrá que lanzarse sobre toda su obra cual ave rapaz.

Saludos.

Daniel Quinn dijo...

Ahí ahí, a verlo todo :P. Yo después de El nacimiento del amor y Sauvage innocence pude ver El viento de la noche y su colosal e inabarcable Les amants reguliers. Espero que tras haber visto su obra total no te decepcionen las demás. Sigo pensando que Sauvage innocence es la más peliaguda, la que camina más al filo, y por eso puede ser más discutida que el resto. Pero a mí me encanta, está claro XD.
Un saludo!