Como sucede cada año y, más especialmente, cada diez años, se acumulan los recopilatorios, balances y sucedáneos, y se crea una imperiosa necesidad de organizar y clasificar lo que para nosotros ha supuesto este lapso de tiempo. Así que, para no ser menos, me he planteado qué cineastas han marcado, por unas razones u otras (más artísticas que comerciales, por eso Peter Jackson no está en mi lista, aunque al final todo influye) la creación audiovisual de esta última década. Lanzo una propuesta con unos cuantos nombres, pero cualquier sugerencia será bienvenida. Por cierto, he intentado ser un poco objetivo, dentro de lo posible, por lo que yo, personalmente, no incluiría algún nombre de la lista... Y, por supuesto, sería estupendo que quien votara "Otro" nos dijera en un comentario quién se le pasa por la cabeza :)
Un último apunte. Es una pena que mucho cine del que aparece aquí todavía sea invisible en nuestras pantallas, y eso que parece que la cosa ha mejorado ligeramente en los últimos tiempos. Pero aún queda mucho por hacer.
Un último apunte. Es una pena que mucho cine del que aparece aquí todavía sea invisible en nuestras pantallas, y eso que parece que la cosa ha mejorado ligeramente en los últimos tiempos. Pero aún queda mucho por hacer.
Desde Europa
Jean Luc Godard. Sé que no son los 60, sino los 00, pero este hombre ha marcado todas las décadas y, en la que nos ocupa, por ejemplo, aunque quizás menos prolífico, nos ha dado aparte de alguna pieza corta, dos de los largometrajes más hermosos, profundos, líricos, personales, y con más carga de ideas de todo el planeta. Sólo por Elogio del amor (2001) y Nuestra música (2004) merece estar aquí. Rondará los 80 años, pero Godard sigue haciendo el cine del futuro, más vital, joven, e innovador que ningún otro.
Jacques Rivette. Otro veterano de la Nouvelle Vague que sigue en plena forma. Nos ha dado cuatro películas esta década, y siempre excelentes, ya sea en su faceta más ligera, con Vete a saber (2001) o 36 vues du Pic Saint-Loup (2009), en el drama de época, con La duquesa de Langeais (2007), o en la que para mí es su última obra maestra, Historia de Marie y Julien (2003), en la que juega con el genéro fantástico, policiaco y romántico (ese pastiche genérico que tan bien se le da) para regalarnos uno de los más bellos poema de amor desde el Vértigo de Hitchcock.
Eric Rohmer. Para terminar con los veteranos de la Nueva ola, no podíamos olvidar en este blog a Eric Rohmer, quien parece haber dejado de lado durante esta década sus comedias y enredos adolescentes para materializar su ciclo de "Tragedias de la historia", con tres obras impecables, que conservan todo su universo y no se olvidan de innovar y abrir nuevos caminos en el mundo del cine, ya sea el pictórico uso del digital en La inglesa y el duque (2001), la revisión del género de espías en Triple agente (2004) o la referencialidad, literalidad y el juego de puntos de vista de la historia de El romance de Astrea y Celadón (2009).
Philippe Garrel. Otro veterano, aunque no tanto como los anteriores, que, seguramente, haya alcanzado durante esta década su absoluta madurez fílmica, regalándonos una obra maestra tras otra. Parece de vuelta de todo, y quizás por eso y por la madurez que da la edad ha sido capaz de rodar una obra total como Les amants reguliers (2005), además de dos bellísimas piezas de cámara, la polémica y arriesgada Sauvage innocence (2001) y la perfecta, intachable y sublime La frontera del alba (2008). ¿Se trata del cineasta en activo más en forma?
Claire Denis. La directora francesa ha terminado de explotar internacionalmente esa década, después de terminar la anterior con mucha fuerza, y ha conseguido alcanzar un estilo personalísimo a partir de influencias precisas y muy seleccionadas, como los franceses Bresson, Rivette o Jean Rouch, o Wim Wenders y Jim Jarmusch, con los que trabajó personalmente. Ha sido capaz de desarrollar temas radicales, como en Trouble every day (2001), materializar estilos radicales, como en El intruso (2004), demostrar que se puede hacer buen cine social y accesible, como en 35 Rhums (2008), o elevarse por encima de una sensibilidad poética muy característica en Vendredi soir (2002), mi favorita. Porque cada uno tiene su película-Denis favorita, y esta década ha sido muy prolífica: además de las mencionadas, ha filmado algunos cortos, el documental Towards Mathilde (2005), o la reciente White Material (2009).
Olivier Assayas. El antiguo crítico de Cahiers sigue demostrando su versatilidad en su doble faceta de autor que recoge la tradición clásica francesa de Marcel Proust en sus películas-campiña, como Los destinos sentimentales (2000) o Las horas del verano (2008), y como abanderado de la vanguardia y el postmodernismo en sus thrillers a medio camino entre el ciberpunk y el homenaje cinéfilo: Demonlover (2002), Clean (2004), Boarding Gate (2007).
Arnaud Desplechin. Pero si hablamos de tradición literaria francesa, el autor que mejor ha recogido esa herencia, siempre mirando hacia el futuro, los hallazgos visuales o las posibilidades del cine como arte global, ese ha sido Arnaud Desplechin. Con obras accesibles y densas al mismo tiempo, es el gran cronista de las enfermedades familiares y emocionales del hombre moderno. El Tolstoi del siglo XXI nos ha regalado esta década una maravilla tras otra: Esther Kahn (2000), Leo, o en compañía de hombres (2003), Reyes y reina (2004), L'Aimee (2007), y Un cuento de Navidad (2008), su primer estreno en salas comerciales españolas. Al fin.
Manoel de Oliveira. Ya en Portugal, tenemos al gran pope, veterano de veteranos, que sigue regalando una gran obra tras otra cada año. Ha cumplido los 101, pero nadie puede negar la vitalidad de la decena de largometrajes que nos ha dejado esta última década. Yo me quedaría con Vuelvo a casa, (2001), El principio de la incertidumbre (2002) y Espejo mágico, (2005) sin olvidar sus pequeñas joyas como Belle Toujours (2006), o la reciente Singularidades de una chica rubia (2009), que está a punto de estrenarse en España.
Pedro Costa. Y frente a la veteranía de Oliveira, tenemos una de las confirmaciones más potentes de la década en el ámbito internacional, su compatriota Pedro Costa, después de su irrupción minoritaria en los años 90. Convertido ahora en un pope del cine de autor más personal, comenzó la década con el poderosísimo retrato del barrio marginal de Fontainhas en En el cuarto de Vanda (2000), radicalizando la línea empezada en los 90 con Ossos. Terminó esa trilogía con una obra fundamental, inabarcable y llena de registros: Juventude en marcha (2006). Y no podemos olvidar dos pequeñas maravillas: ¿Dónde yace tu sonrisa escondida? (2001) y No change rien (2009). La mezcla del documental y la ficción, la ética y la estética, la herencia de lo más clásico y lo más maldito, la ausencia total de prejuicios y la absoluta valentía. ¿Alguien ha definido mejor el cine del futuro?
Albert Serra. El más radical, polémico y controvertido de los cineastas españoles. Emblema de una nueva forma de hacer cine, sus obras oscilan entre lo sublime y lo meramente provocador. Pasó despercibido con su film Crespiá (2003), ahora rescatado, pero surgió como un terremoto en el festival de Cannes al que acudió con su muy particular adaptación del Quijote, Honor de cavalleria (2006), controvertida pero de una calidad innegable, y con un discurso y unas ideas muy claras. En la misma línea siguió con la también estupenda El cant dells ocells (2008).
Michael Haneke. Dejado un poco de lado durante esta década por la crítica más exigente, el cine de Haneke se ha popularizado y ha ganado prestigio crítico de "qualité". Pero a pesar de todo, no se puede negar su absoluta influencia en las nuevas formas de hacer cine y las magníficas películas que ha dejado estos 10 últimos años, más allá de alguna polémica, como su versión americana de Funny games (2007): Código desconocido (2000), La pianista (2001), El tiempo del lobo (2003), Caché (2005), La cinta blanca (2009)
Alexander Sokurov. Pasará a la historia por mucho más que llevar a cabo la primera película rodada en un solo plano secuencia (El arca rusa (2002)), porque ha experimentado con la imagen y las posibilidades del digital, y ha conseguido dialogar con la historia como nadie y mantener vivo el espíritu de Tarkovski. Ver una de sus películas puede ser una experiencia sublime. Dolce... (2000), Taurus (2001), Elegía de un viaje (2001), Padre e hijo (2004), El sol (2005), Alexandra (2007).
Desde Estados Unidos
Clint Eastwood. Comenzó la década escondido entre las sombras del cine de culto, sin llamar mucho la atención, con Space cowboys (2000) y Deuda de sangre (2002), pero en 2003 estalló con Mystic River cuando muchos lo daban por muerto, y el año siguiente marcó un hito en el acuerdo entre crítica y público con Million Dollar Baby. Desde los tiempos de Ford público y crítica no habían estado tan cerca. Después nos regaló su personal díptico bélico con Banderas de nuestros padres (2006) y Cartas desde Iwo Jima (2006) y se ha despedido a tope con su académica El intercambio (2008), con Gran Torino (2008), gran éxito de público pero con discrepancias entre la crítica, y la todavía no estrenada Invictus (2009). Eastwood ha hecho de su cine el más perfecto artefacto crepuscular, y su necesidad de filmar a toda velocidad no le ha hecho bajar la calidad.
Brian de Palma. Uno de los cineastas que más divisiones provocan; representante del nuevo cine estadounidense de los 70, poco a poco su figura va sienda cada vez más personal y de culto. Cuatro películas entre lo comercial (Misión a Marte (2000) y lo propio y auténtico lo avalan, y entre ellas, para mí, una obra fundamental del cine contemporáneo, Femme Fatale (2002), sin olvidar su arriesgado experimento iraquí de Redacted (2007) o el pastiche fílmico incomprendido por la mayoría de críticos, La dalia negra (2006).
David Lynch. Pero si hablamos de influencia y riesgo en el cine americano no podemos sino mencionar a David Lynch. Nunca una obra tan personal, arriesgada, oscura, y de estilo tan impecable ha tenido tanto calado popular como Mulholland Drive (2001), que ha ido ganando con los años una legión de seguidores. Pero olvidando resonancias populares, probablemente ninguna película como INLAND EMPIRE (2006) marca el cine de futuro. Llevando sus postulados e ideas lo más lejos posible, y con toda la libertad que da el cine digital, Lynch nos sumerge en una aventura sin precedentes, una experiencia inigualable de 3 horas en una sala de cine. El primer cineasta que se atreve a seguir los caminos abiertos por Bergman en Persona 40 años antes. Levitación y catarsis. Obviamente, la mayoría de público le dio la espalda.
Michael Mann. Pero si hablamos de cine digital, pocos directores han experimentado con él como Michael Mann, que a pesar de su irregularidad ha dado un puñado de buenas películas con importantes hallazgos: Alí (2001), Collateral (2004), Corrupción en Miami (2006), Enemigos públicos (2009).
Gus van Sant. Parecía definitivamente perdido para el cine y estaba olvidado por la masa crítica cuando estrenó en el año 2000 su película Descubriendo a Forrester. Sin embargo, a partir de ahí pareció ser invadido por los espíritus de Bela Tarr, Chantal Akerman o Alexander Sokurov y filmó en su trilogía de la muerte una de las obras clave de la década: Gerry (2002), Elephant (2003), Last days (2005). Después rodó la impresionante Paranoid park (2007), una especie de compendio perfecto de su estilo radical y su estilo narrativo, para terminar la década con un film justificadamente convencional y militante: Milk (2008). ¿Qué caminos seguirá ahora su imprevisible carrera? Esa sí es una gran incógnita.
Quentin Tarantino. Derivándonos hacia el cine más comercial pero sin perder personalidad nos encontramos a Tarantino, que después de su desigual pero interesante díptico Kill Bill (2003-2004) nos sorprendió con su película más arriesgada y, quizás también, más personal, Death Proof (2007). Después, ha terminado con una obra casi perfecta, su visión de la historia y el cine, o de la historia del cine, que para él es lo mismo, en Malditos bastardos (2009).
M. N. Shyamalan. Con una legión de seguidores pero, de la misma manera, no pocos detractores, un cineasta puramente comercial que juega a ser autor: El protegido (2000), Señales (2002), El bosque (2004), La joven del agua (2006), El incidente (2008).
Christopher Nolan. Nolan empezó haciendo un cine minoritario, pero ya empezó la década con fuerza, con su interesante incursión en el cine negro Memento (2000). Siguió con una estupenda película de género, Insomnio (2002) y terminó en lo más alto de la industria llevando a Batman a la pantalla y alcanzando las más altas cotas de eficacia industrial con Batman Begins (2005) y El caballero oscuro (2008) que, cuanto menos, son cinematográficamente discutibles. Entre ambas le dio por la magia e hizo El truco final (2006).
Wes Anderson. Otro autor de culto, en este caso en el campo de la comedia absurda. No se puede negar que su personalidad se acentúa más con cada película y que tiene un mundo personal muy interesante. Mucha gente tenemos gran esperanza en él, aunque pensemos que aún no ha terminado de cuajar. Aun así, sus películas resultan entrañables, divertidas, y a pesar de su rareza reflejan los traumas de la sociedad actual de manera impecable, como se puede ver en Los Tenenbaums (2001), The Life Aquatic (2004) o Viaje a Darjeeling (2007).
Paul Thomas Anderson. La gran esperanza del cine estadounidense despidió la década anterior de manera apoteósica. En esta, sin embargo, sólo ha tenido tiempo de hacer dos películas; una de ellas, a mi juicio, es la mejor comedia de los últimos tiempos, Embriagado de amor (2002), y la otra, Pozos de ambición (2007), sin dejar de ser una gran película, sí me parece un poco fallida, por sus pretensiones de obra absoluta y total exceso de histrionismo y ambiciones.
Sofia Coppola. Seguramente su peculiar situación personal dentro de la industria cinematográfica, combinado con su sensibilidad especial y sus diversas influencias cinéfilas, haya hecho de Sofia Coppola una de las cineastas más importantes del cine actual. Tras su debut el último año de la década anterior con Las vírgenes suicidas, en 2003 se consagró definitivamente con Lost in translation, una obra maestra que va ganando con el tiempo y que presenta todos los dobleces y matices de nuestro nuevo mundo globalizado y ruidosamente silencioso. Su influencia y su carácter de culto es cada vez mayor, y la pequeña de los Coppola se tiró definitivamente a la piscina en 2006 con la arriesgada y también magnífica Maria Antonieta, esta sí, más controvertida que la anterior.
Kelly Reichardt. Tras unos inicios silenciosos y prácticamente desconocidos en los años 90, la autora estadounidense ha explotado en esta década con dos películas hermanas, pequeñas, radicales, sinceras y tremendamente hermosas y tiernas: Old Joy (2006) y Wendy y Lucy (2008). El cine independiente estadounidense actual pasa por ella.
Judd Apatow. Hablar de comedia actualmente es hablar de Judd Apatow, responsable del resurgimiento de este género en Estados Unidos. Ya no son sólo las películas dirigidas por él, sino todas las que han surgido de su factoría: Virgen a los 40 (2005), Lío embarazoso (2007), Supersalidos (2007), Paso de ti (2008), Adventureland (2009)... Demuestra que una idea y la honestidad a la misma pueden cubrir ciertas carencias y limitaciones, y sus partidarios y detractores, desde luego, tienen batalla para rato.
Desde Asia
Kiyoshi Kurosawa. El autor japonés que ha demostrado que el cine de terror puede ser profundo y tener preocupaciones existenciales. Capaz de jugar con todos los géneros y muy prolífico, este cineasta ya consagrado en los 90 con Cure, parece capaz de hacer bien cualquier tipo de película. De esta década, sus películas más conocidas son la fundamental Kairo (2001), Retribution (2006) y Tokyo Sonata (2008).
Nobuhiro Suwa. Para muchos el director japonés más importante y, a buen seguro, quien mejor ha salido reflejar las preocupaciones íntimas de las familias de clase media. Experimentando , recogiendo influencias muy concretas y muy bien asimiladas, y llevando al límite un estilo extremadamente depurado, ha filmado el vacío contemporáneo como nadie y ha sabido progresar a partir de su obra maestra de 1999 y película fundamental del cine contemporáneo, M/Other. Esta década nos ha dado H Story (2001), Una pareja perfecta (2005) y Yuki y Nina (2009), su primer estreno comercial en España, a la vez que la película más moderada y accesible de su filmografía.
Naomi Kawase. Representante, junto con Suwa, de ese cine japonés de búsqueda íntima y de cuerpos y espacios, las películas de Kawase viven en ella misma y en el espectador, se funden con la vida y consiguen un efecto prodigioso, que no necesita situarse entre el documental y la ficción. Aparte de sus fantásticos documentales, destacan Hotaru (2000), su obra maestra Shara (2003), El bosque del luto (2007) y Nanayo (2008).
Takashi Miike. El más violento, pérfido y salvaje cineasta que rueda en el planeta despierta tantas adhesiones como desprecios entre el público. Con una obra bastísima que, sólo en esta década está cerca de los 50 títulos, al menos hay que decir que no deja indiferente a nadie. Visitor Q, Gozu, Izo, Zebraman, Bing Bang Juvenile A... La lista es inabarcable
Hong Sang Soo. El director oriental más afrancesado, que recoge la herencia de la Nouvelle Vague (fundamental Rohmer en su obra), pero también del cine clásico japonés, de Yasujiro Ozu, ha creado durante esta década una obra excitante por sus dobleces y la capacidad de replegarse sobre sí misma, creciendo y mutando sin dejar de ser ella misma. La más perfecta muestra de que lo profundo y lo ligero pueden ir de la mano, quizás estemos ante el más auténtico e insobornable cineasta venido de Oriente, con películas que oscilan entre lo muy bueno y la perfección. Virgin Stripped Bare by her Bachelors (2000), Turning Gate (2002), La mujer es el futuro del hombre (2004), Tale of cinema (2005), Woman on the beach (2006), Noche y día (2008), Like You Know It All (2009).
Tsai Ming Liang. Tras su fulgurante aparición en los 90, parece que estos últimos años su estrella se apaga ligeramente, pero sigue siendo un cineasta fundamental en los nuevos cines. Comenzó la década con una obra sublime, ¿Qué hora es? (2001), y siguió llevando su discurso al límite con su película más radical, Goodbye, Dragon Inn (2003). Ganó popularidad con la polémica de El sabor de la sandía (2005), y filmó en 2006 una magnífica película que sirvió de reencuentro con todos los símbolos y fetiches de su peculiar mundo, No quiero dormir solo. Veremos lo que pasa después de su último fiasco en Cannes con su aventura francesa Visage (2009). Pero no podemos perder de vista que nadie ha reflejado como él en los últimos años el vacío, la soledad y la reflexión estética sobre el pasado y el presente. Entre Truffaut y Antonioni.
Hou Hsiao Hsien. El creador de la nueva ola taiwanesa, huérfano tras la muerte de Edward Yang. Poco que decir de este maestro, auténtico clásico del cine que se renueva con cada película. Su veteranía le ha hecho reflejar el mundo moderno de los jóvenes como nadie en su influyente Millenium Mambo (2001), ha unido presente y pasado, Japón y Taiwán, en Café Lumiere (2004), ya asaltada por diversos cineastas, hizo recopilación de su carrera en Three Times (2005) y se atrevió con la aventura francesa en El vuelo del globo rojo (2007), saliendo victorioso, como siempre pasa con él. Un valor seguro.
Wong Kar-Wai. Ha pasado de eminencia y pope de la cinefilia a autor despreciado y devaluado en los últimos tiempos. Pero sólo por su película del año 2000 merece estar aquí, porque Deseando amar supuso la culminación de su estilo perfeccionado durante años, y ha marcado un antes y un después en el mundo del cine. Su huella está presente, no siempre para bien, en demasiadas películas, y tenemos que reconocer que el germen de todo, esa pequeña película de cámara, susurrada, a media voz, era casi perfecta. Después su estilo se volvió manierista y, aunque no dejó de ser una gozada visual, a veces resulta demasiado cargante. Sin embargo, seguro que recuperaremos al mejor Wong Kar-Wai, porque hay muchas cosas magníficas en sus algo impostadas 2046 (2004) y My Blueberry Nights (2007).
Jia Zhang Ke. Representante de la nueva generación de cineastas chinos, ya superado Zhang Yimou, Jia Zhang Ke plantea en sus películas todos los retos de la nueva cinefilia. Aventurándose entre el documental y la ficción, convirtiendo la autenticidad y la belleza en sucesos compatibles, dialogando con sus personajes y sus escenarios, sus películas son maravillosas. Además de las turbulencias que desató entre la masa crítica en España con su León de oro en Venecia con Still life (2006). Otras películas: Plaform (2000), Unknown pleasures (2002), El mundo (2004), 24 city (2008). Nadie representa como él los cambios sociales y la nueva forma de ver el arte y la vida.
Wang Bing. También fundamental en el nuevo cine chino ha sido este documentalista de películas mostodónticas, desgarradoras y de duración casi insoportable. Al oeste de los raíles (2003) ya es un hito, un clásico, y a ese monumento le siguieron He Fengming (2007) y Crude Oil (2008).
Apichatpong Weerashetakul. Pero en los últimos años el auge ha venido del sudeste asiático y, sobre todo, de su director más marciano y experimental. Siempre innovando, siempre yendo más allá de lo que se pensaba, este tailandés sorprende con cada creación, con su capacidad de abstracción, con su sentido del humor, con su capacidad para romper moldes... Surgió con la década y sigue en lo más alto. Mysterious Object at Noon (2000), Blissfully Yours (2002), Tropical malady (2004), Syndromes and a Century (2006).
Raya Martin. La última incorporación y la más radical, en esta ocasión procedente del cine filipino. Para algunos, sus películas son obra de un genio precoz, con un irresistible talento natural para el cine. Para otros, es una tomadura de pelo. Desde luego no deja indiferente, desde su debut en 2005 a los 20 años. A short Film about the indio nacional (2006), Autohystoria (2007), Now Showing (2008), Independencia (2009)...
Desde otras latitudes... Canadá y Argentina
Guy Maddin. Con una larga carrera a sus espaldas, parece que por fin, estos últimos años, y a pesar de no haber estrenado ninguna película en salas comerciales, el canadiense empieza a ser conocido en nuestro país. Con su personalísimo estilo, casi siempre en blanco y negro, con su aire retro pero totalmente vanguardista, su poder de seducción está fuera de toda duda. Dracula: Pages from a Virgin's Diary (2002), Los cobardes se arrodillan (2003), The Saddest Music in the World (2004), Brand Upon the Brain (2006), My Winnipeg (2007).
David Cronenberg. Otro veterano canadiense, pero este sí estrena en salas. Aunque su estilo parezca haberse vuelto más dócil estos últimos años, sus temas, obsesiones y su carácter siguen presentes del primer al último minuto de todas sus películas. Esta década ha supuesto el cambio para Cronenberg, que se ha deslizado desde el cine de ciencia ficción hacia el film noir, como ha demostrado en Una historia de violencia (2005) y Promesas del este (2007), sin olvidar esa película de transición no siempre justamente valorada, que quizás sea su obra más personal y cautivadora, el drama psicológico Spider (2002).
Lisandro Alonso. De Argentina nos han llegado algunas de las propuestas más radicales, como todas las obras de Lisandro Alonso, situado en esa nueva corriente que hace del tiempo y el espacio personajes fundamentales de sus creaciones, buscando siempre una abstracción heredada de Bresson y Dreyer. La libertad (2001), Los muertos (2004), Fantasma (2006), Liverpool (2008).
Lucrecia Martel. Menos ascética que Alonso pero en una línea parecida, su cine llega a las entrañas del espectador y remueve a través de su estilo, embebido de autenticidad. Sus creaciones son un mazazo a todas nuestras convenciones. La ciénaga (2001), La niña santa, (2004) La mujer rubia (2008).
Otros. Porque por unas razones u otras he dejado muchos en el tintero, por ejemplo, aleatoriamente: José Luis Guerín, Alain Resnais, los Coen, Nicholas Klotz, Miguel Gomes, Johnny To, David Fincher, Gondry, Ang Lee, Malick, Linklater, Woody Allen, Scorsese, Kore-eda, Bong Joon Ho, Kim Ki-Duk, Almodóvar, Straub/Huillet, Bellocchio, Brisseau, Miyazaki, Akerman, Llinás, Bruno Dumont, Eugene Green, Kaurismaki...
25 comentarios:
Es un poco extraño votar porque en el fondo todos los cineastas que mencionas de una manera u otra influyen con sus obras en el resto de la cinematografía mundial.
Mira a Miike parafraseando a Lynch en Gozu o invitando a Tarantino a sus películas o colaborando con Pen-Ek Ratanaruang, al que has olvidado en la lista, jejejeje.
Bueno, ya sabes a quien he votado.
Un saludo
Jeje, sí, ya sé a quién has votado, y además me lo imaginaba mientras escribía la entrada; sin embargo, cuando me he acordado de ti ha sido cuando estaba con Miike..., y he llegado a temer que pudieras votarlo :P.
La verdad es que es muy difícil quedarse con uno, yo aún no he votado porque estoy entre unos cuantos; estos días decidiré.
Y la lista..., claro, podría ser infinita... De hecho, mi primera idea era poner 10, luego 20, después 25, y finalmente me he olvidado de fijarme un número, pero tenía que cortar. Para representar a los tailandeses ya está Apicha, aunque no tenga demasiado que ver con Pen-Ek...
Muchas gracias por la votación y el comentario y un saludo!
jejejejeje, Lynch y Martel empatados.
Por cierto, he dejado un enlace en facebook a ver si se animan a votar... espero que no te importe.
Claro que no!! Al contrario, muchas gracias :).
De hecho, me has dado una buena idea, haré lo mismo en mi FB, que ya va siendo hora de que lo utilice para algo más que mis caprichos voyeurísticos :P
Tengo que ver un montón de tus sugeridos ;)
Me alegra comprobar que coincidimos en juicio respecto a Punch Drunk Love.
Yo voy a poner el punto comercial. Echo en falta a algunos de mis favoritos:
Aronofski, Jonze, Winterbottom o Cuarón (en la lista de los ojalá pondría a los J. Cameron Mitchell o F. Meirelles).
De los off-hollywood, te propondría el sector turco: N. B. Ceylan o a F. Akin.
Saludos!
Vaya, yo pensaba que los fans de Jonze se darían por satischefos con ver a Gondry en otros, jeje :P. No, es broma, pero Jonze sólo tiene en esta década Adaptation (que me gusta, creo que está bastante bien, pero sin llegar a entusiasmarme) y la que está a punto de estrenar o ha estrenado ahora en España. Así que con ese bagaje no podía meterlo, sobre todo porque he dejado a uno de los más grandes sin duda por tener sólo una peli (y me estoy arrepintiendo, la verdad): Terrence Malick!! El nuevo mundo está entre mis 4 o 5 favoritas de la década, pero tampoco me parecía suficiente para meterlo. A Aronofski se le podría meter por su impacto en una porción muy concreta de público, pero la verdad es que me gusta más bien poco o nada, aunque en la última, la de El luchador, al menos mostraba un estilo más contenido y maduro. Aun así me pareció poquita cosa. Winterbottom la verdad es que sí podría estar perfectamente, me guste más o menos, aunque sólo sea por la cantidad de películas que ha hecho. Aunque mi favorita suya está en la década anterior!!, Wonderland, que estaba muy muy bien. Y Cuarón está bien, me gustó Hijos de los hombres, aunque con ciertas reservas, pero hay que cortar en algún momento..., si lo meto a él tendría remordimiento por no meter a un montón más...
Ay, qué difícil es esto de elegir!!
Ah, y de los turcos me planteé meter a N. B. Ceylán, pero al final no lo hice porque no me gustó nada la de los tres monos. Lejano estaba muy bien!
Y yo también me alegro mucho de encontrar otro fan de PDL :)
Gracias por el comentario. Un saludo!!
Bueno, yo iba a votar a Kiarostami, porque Ten es mi peli favorita de la década (alguna hay que poner en primer lugar), pero como no está me paso a Apicha, aunque no creo que sea el realizador que haya marcado la década.
De los que han surgido en lo que llevamos de siglo, me quedo con (aparte del tailandés) Jia Zhang Ke, Desplechin y Dumont.
También creo que PDL es la película romántica de la década.
Y no he conseguido ver El nuevo mundo!(en pantalla grande, claro, no me voy a ver un Malick en mi tele ni en el ordenador...)
Yo no se a mi me gusta mucho el guionista: Charlie Kaufman, no he visto su pelicula como director Synocodoche New york , la han estrenado en España?.
He votado Otros , no has puesto los Coen muchos argumentos cinefilos no tengo pero sus peliculas de estos años me han gustado y creo que si son representativos de un tipo de cine comercial.
La peli de Kaufman es aburridísima, no creo que se haya comprado para España, tal como está la distribución. Empieza bien, un director de teatro que se embarca en un proyecto infinito en el que pone en escena su vida casi en directo, pero al vigésimo quinto giro manierista de la trama con sus infinitos espejor acabas desconectando y deseando que aquello se acabe.
He votado a Gus Van Sant. Quizá por cantidad, pero podrían haber sido muchos. Pienso sobre todo en M. Night Shyamalan, en Wes Anderson, en Hong, etc. Cineastas que han tocado su cima (al menos, hasta ahora) en los 2000. Y me duele mucho no votar a Garrel que ha hecho la que es para mí, con mucha distancia, la más importante película de la década. Pero bueno, es lo que tiene esto de las encuestas...
saludos !
Lo primero, muchas gracias a todos por los votos y los comentarios, así da gusto :).
Abbas, no sabía qué hacer con Kiarostami. A mí también me gusta mucho Ten, aunque seguro que no tanto como a ti, vamos!! :P. Si no lo metí fue sobre todo por tema de cantidad, y porque me parecían pelis menores en comparación con lo que dio en los 90, por ejemplo. Pero todo esto es muy discutible por supuesto.
(Me acabo de dar cuenta de que no lo puse ni en "otros", eso sí que fue un error!!)
Francis, a mí también me gustan los Coen, y me sorprendió muy gratamente la de los Oscar, ciertamente, no esperaba que dieran algo así. Pero también me parece que no se atreven a ir tan lejos como otros y se pueden quedar un poco en tierra de nadie, por eso tampoco los puse, y porque me parece que su carrera ha sido un poco irregular durante esta década.
Paris, a mí también me dolerá mucho si al final no voto a Garrel, de momento ya estoy sólo entre 2 o 3, jeje. Pero supongo que la parte divertida de esto es hacer ciertos sacrificios... Muy pertinente me parece tu voto, de todas formas. (Y sí, a mí también me gusta Milk, aunque tampoco tanto como a ti :P).
Un saludo a todos!
He votado a Tarantino. No porque sea el que más me gusta de la década (aunque "Malditos bastardos" tal vez sea una de las películas estadounidenses más perdurables de los últimos 10 años), sino por ser el más representativo (pastiche, intertextualidad, violencia extrema, humor negro, protagonistas volátiles y casi todos liquidados a lo largo del metraje, un cierto feminismo, un cierto nihilismo) de la época, que es de lo que se trata (si sigo bien el título, ¿Qué cineasta ha marcado...?). Si tuviese que votar al que más me gusta, lo haría, supongo, por Garrel, y si la lista fuese de películas, entre las 10 mejores estaría una de Kitano ("Dolls", sin duda), con lo cual lo incluiría también en el listado, aunque sólo sea por dicho filme y porque mucho de lo dicho sobre Tarantino -y la época actual- se podría aplicar también a él.
qué jodida es esta encuesta.
Cada día votaría por uno.
Bueno, salvo algunos que no votaría nunca.
He pinchado en otros, que hoy quiere decir Bela Tarr, que quizá es más de la otra década pero para mí es de hace dos años, que es más o menos cuando me lo inyecté.
Mañana votaré por Mekas. Pasado mañana por Haneke y al siguiente por Tcherkasky.
Saludos.
Pues yo voto por Depleschin, aunque seguramente mañana me arrepienta. Ya estoy pensando en cambiarlo por Lynch... Por cierto, de los americanos, la mayoría me parecen bastante sobrevalorados y, en cambio, Haynes. Por cierto, ¿Y Von Trier?
Acabo de cambiar mi voto, jeje. A pesar de todo lo dicho sobre el bueno de Tarantino, para mí en esta década no hay película mejor que "Un hombre sin pasado", así que (a pesar de haber realizado solamente dos filmes) el "otro" al que me refiero es Aki Kaurismaki.
Gracias a todos por los comentarios.
Perzival, a Kaurismaki no le dediqué apartado exclusivo porque tiene una producción un poco frugal esta década. Un hombre sin pasado también me gusta mucho, pero la última me convenció menos, me pareció ya un poco repetitiva y algo falta de su habitual ingenio. Como si la hubiera hecho con el piloto automático. Lo de Tarantino también lo veía muy razonable :)
Luisru, también me gusta mucho tu elección. Desplechin es toda una debilidad :). Esta década ha sido especialmente buena para él, y eso que aún no he podido ver Leo y L'aimée!! :(
Bela Tarr, como bien dices, Workroom, quizás sea más de otra década. Desde luego, sólo con que fueran de esta década Satantango y Werckmeister lo votaría casi seguro.
Y todas vuestras sugerencias de otros directores son muy procedentes, la verdad es que deberían inventarme algo para hacer una encuesta más abierta y libre!!
En cuanto a mi voto, me voy definiendo entre Pedro Costa y Garrel. Desde luego, las películas que más amo esta década son de Garrel, pero me parece tan importante lo que ha hecho el portugués...
Un saludo!
La idea no es mala, pero le veo tres pegas:
a) La lista es larga, pero faltan muchos (varios mencionados en tropel justo al final) y, a mi entender (no, por lo que veo, al de otros, pues cuentan con verdaderos fans), sobran otros tantos (que yo contaría incluso entre lo peor de esta o cualquier otra década). ¿Alguien puede estar seguro de haber visto lo mejor que se ha hecho? Porque yo creo que 2001-2010 acabará viéndose como uno de los grandes decenios del cine, pero lo bueno viene de cualquier sitio, lo mismo de jóvenes que de centenarios, de cualquier país y... mayoritariamente, no circula (no sólo no se estrena aquí, y da igual casi de que "aquí" se trate, salvo quizá París, pero ya menos).
b) Elegir uno parece imposible y además injusto. En serio, de tener que poner solamente uno, yo diría, un decenio más, que Godard. Pero claro, no es novedad, lleva ya 50 años haciendo películas...
c) Sospecho que el que tenga más votos tendrá muy pocos. No habrá quórum.
Miguel Marías
Debe ser totalmente rarísimo todo, la votación, los votados, los votantes, las justificaciones,etc.,etc.,etc.,perome has hecho recordar a Linch y ahí va mi vooooooooooooooooooooto¡
Lo primero de todo, es una gratísima sorpresa saber que se pasa por aquí, e incluso deja un comentario, un crítico de la categoría a nivel internacional de Miguel Marías. Es todo un honor, que me pone un poco nervioso, pero también me ilusiona y me anima a seguir con esto. Con la de veces que hemos coincidido en la filmoteca y nunca me he atrevido a acercarme..., sobre todo teniendo en cuenta que siempre me siento una o dos filas detrás de él y su mujer...
Respecto al comentario, totalmente de acuerdo en todo, Miguel. Lo de la encuesta no pretendía ser más que un juego, un divertimento del que pensaba que podían salir comentarios interesantes, como así está siendo. Y está claro que no tiene valor de ningún tipo, tanto por la imposibilidad de abarcar lo que se produce por el mundo en una lista limitada, como por mi desconocimiento (se saca el tiempo de dónde se puede) de muchas de las tendencias que debe de haber por los cinco continentes, y como por los pocos votos que finalmente habrá (este es un blog con poquitas visitas, aunque, afortunadamente, éstas son de gran calidad).
De todas formas, he intentado poner los nombre que he creído han estado más en boga esta última década, a pesar de que alguno tampoco es de mi agrado.
Pero al menos creo que sí puede servir para intuir algunas sensaciones de la cinefilia actual, o ver cómo estaba de despistado respecto a las nuevas corrientes de opinión. Aunque de momento, y aunque sea por muy pocos votos por las razones que hemos comentado, la cosa no está deparando muchas sorpresas, y anda en cabeza Apichatpong (pocas explosiones tan grandes como la del tailandés durante esta década), seguida de valores que estaban ya más consagrados, pero siguen en lo más alto y con un importante calado popular, Lynch y Haneke.
Gracias a todos por los comentarios y un saludo.
Gracias por la bienvenida, Daniel. Yo sigo siendo muy curioso y miro de todo y lo leo con interés; creo que internet está curando a los jóvenes (o más jóvenes que yo) de una curiosa tendencia a ser "ágrafos". Y no vaya a parecer otra cosa, conste que soy el primero en reconocer que no se puede ver todo (hace mucho ya que renuncié a intentarlo), y que encima ese "todo" se ha hecho con el tiempo cada vez mayor, más imprevisible, menos conocido (en el sentido de "publicitado"), más difuso, más heterogéneo... quizá más accesible (internet) para algunos pero todavía mucho menos que hace 30 ó 40 años para muchos. Además, se ha roto por completo (y en mil pedazos, dentro de dos bloques, de los cuales uno para mí está compuesto de perezosos/nostálgicos que a menudo, y eso es lo más triste, se hacen intolerantes) el "consenso" o el "acuerdo general" que antes había entre los que iban muy a menudo al cine y no sólo a "pasar el rato", lo cual dificulta encontrar alguien de cuyas recomendaciones no sea peligrosísimo fiarse.
Miguel Marías
Yo he votado por Jia Zhangke pero echo muchissssimo de menos ver en esa lista a James Gray :-((((, por cierto estupenda entrada, la compartiré en FB tambien.
saludos
Raya Martin. El futuro nos dará la razón... Aunque pienso que Serra, Inland Empire, Redacted, incluso Mann (quizá también Costa, pero no he entrado en sus películas desde "Wanda", aunque me gustó), pueden incluirse en la tendencia que apunto (que no es meramente el digital, aunque pase por el digital, y que no es ni mucho menos el "cinéma d'auteur"), el nombre propio es Raya y el cine filipino, tanto más Lav Díaz, o Brillante...
Es curioso como muchos "modernos" como Assayas o Desplechin ya parecen casi obsoletos. En cambio espero fervientemente "Socialisme"...
Saludos.
Uy, me había olvidado completamente de James Gray, con lo que me gusta... Two lovers ha sido uno de mis acontecimientos del año cinéfilo!! He seguido su carrera durante esta década y tanto The Yards como La noche es nuestra me encantan, pero la culminación de Two lovers me lo coloca en lo más alto... La que tengo pendiente es la primera, Little Odessa, lo que intentaré subsanar cuanto antes. Muchas gracias por el recordatorio, Sire!
Lo de cine filipino está ahí, como tantas tendencias que han ido pasando a lo largo de la década, aunque no sé si esta será más decisiva que el resto. Desde luego, estos impulsos, aunque luego se apaguen, acaban dejando algunos autores asentados para considerar a lo largo del tiempo. Pero me resulta curioso cómo en los últimos años el foco asiático se ha ido desplazando paulatinamente a lo largo de la costa, primero hacia el sur y ahora remontando otra vez hacia el norte por el este... Empezó en Japón, siguió con Corea, luego China, después Tailandia, ahora Filipinas..., ¿donde acabaremos? Yo la verdad es que no lo sé, y tampoco me atrevo a lanzar un pronóstico, aunque puede haber una buena pista en ese lazo que trazas alrededor de un "cine digital" un tanto impreciso, más allá de otros criterios geográficos más arbitrarios. Tengo que meditar más sobre el tema :) y atreverme de una vez con las películas de Lav, jejeje, que hay que ser un valiente...
En cuanto a los "modernos obsoletos", ya casi podemos considerarlos unos clásicos, y tengo que decir que a mí me encantan. Me parece que no ha habido otro renovador del cine narrativo como Desplechin, con esas películas que supuran a Tolstoi y a Bergman, ni un cineasta que mejor haya comprendido las visiones del futuro (que no el futuro en sí) como Assayas.
Ah, pero también espero Socialisme como agua de mayo, claro, ¿y quién no? :D
Por cierto, vaya repunte de Pedro Costa en la encuesta!! Menudo sprint final a falta de una semana... Va a ser que al final se cumplirán mis previsiones... Vanda me parece la más dura de su obras, en todos los sentidos, pero me parece admirable, aunque con la que disfruté muchísimo fue con Juvemtude...
Ah, y muchas gracias por vuestros comentarios y grandes aportes, Sire y Lazare :)
No, si a mí esos "modernos" y otros también me encantan (si no ni los mencionaría), pero me parece que se quedan un pelín atrás respecto al nuevo régimen de la imagen que supone el digital. Yo diría que estamos ante un giro más radical que puede afectar a la materia misma del cine y que no se da sólo en pelis de autor, sino también y quizá principalmente en películas malísimas. Lo que marca la década no es ningún autor en particular (aunque me quedo con Raya como exponente), sino ese giro mismo. Pero es algo que no puedo desarrollar aquí y ahora. Más bien me tendría que dar para un ensayo...
También me encanta Tarantino, y sin embargo su "postmodernidad referencial" o "reescritura" ya es plenamente "antiguo régimen". Hay muchas cosas buenas en distintas corrientes, pero lo que quería es señalar lo que me parece más decisivo, que marca un cambio y una nueva sensibilidad que es la actual y no la supervivencia de otra cosa por bella que sea.
En cuanto al cine filipino, aparte de ser una tendencia de esas de explorador de novedades, está dando autores y películas de muchísima valía que además se inscriben plenamente en ese "nuevo régimen". Japón y Corea ya son filmografías normalizadas, y de China y Tailandia no sabría hablar en conjunto, aunque tú ya señalas quiénes son sus cabezas de serie entre la cinefilia.
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