miércoles, enero 13, 2010

Farola


La grandeza de Rohmer está en que no gritaba ni señalaba, simplemente iluminaba.

13 comentarios:

viktor kaplan dijo...

Me gusta mucho este post. Podría estar horas mirándolo y leyendo la frase.

Un abrazo grande, daniel

vk

anagoma dijo...

Me encanta esta entrada. Muy bonita y sensible.
Un saludo.

Ephemeralthing dijo...

Ni gritaba ni señalaba, ... yo voy a "echar de menos" el poder sonreír y reírme de esa manera tan relajada.

Daniel Quinn dijo...

Gracias a los tres por los comentarios :)

Un saludo.

jordi f dijo...

De nada (1/3:)

Otro día hablaremos de los amos con perros (ya no hay perros sin amo) que mean en las farolas y las pudren y caerán oxidadas, pero aún nos quedan Godards y Rivettes y Oliveira que siguen siendo jóvenes (lo cual no quita que puedan morir jóvenes como Rohmer) caramba, y descansar, que debe ser también bueno descansar de todo.

Pauline à la plage dijo...

En el momento que el telediario de la noche del lunes me comunicaba la noticia, fue como hacerme mayor de golpe. Y darme cuenta de repente que la frescura que me envolvía en los primeros visionados rohmerianos se había quedado en aquellos veranos...

Y es que, aunque haya cuentos de otoño y de invierno, Rohmer para mí siempre me recordará los deseos del verano. De la juventud. De los sueños.

Nos quedará levantarnos al alba para oír la nada durante l'heure bleue o esperar que algun atardecer frente al mar un rayo verde nos entre por la mirada hasta llegarnos al corazón.

Un plaisir, Rohmer!

Raquel dijo...

Sí, la verdad es que es muy cierto.
Saludos

Anónimo dijo...

un gran cineasta y una gran perdida...
me quedo un poco más mirando la farola..
un saludo

Maribel dijo...

Se le echa de menos. Estoy leyendo ahora "El gusto por la belleza" y alguna de sus películas las podría ver mil veces.

soyo dijo...

no he visto más que una película de Eric Rohmer hasta donde recuerdo. En algún momento me voy a poner al día. Fue a comienzos del colegio secundario y recién comenzaba a ver cine con cierto criterio. Se trató de El rayo verde y admito que no me atrajo mucho pero, a la vez, me impresionó y, en ese momento, pensé: ésto no parece una película, ni las actuaciones o los diálogos propios de una. Todo tiene tal verosimilitud y frescura que es como si el director hubiese decidido filmar a personas comunes en su vida cotidiana.
Nada menos ¿no?

Me gusta El dormitorio de Maud por lo que agrego un enlace a mi lista de blogs amigos en el mío propio y los invito a conocerlo. Esta es la dirección:
http://algomasenlaweb.blogspot.com

Un saludo para Ud. y para sus visitantes.

Unknown dijo...

Me encantó esta entrada.

Perdón por autocitarme -puedes quitar mi comentario si te parece poco elegante- pero creo que hay conexión.

http://nadaquedecirte-blanco.blogspot.com/2010/03/otra-vez-tu-facilona-teoria-sobre-la.html

Saludos.

´´ dijo...

Sr.Quinn no podría usted salir de su silencio y hablarnos , por ejemplo, de la última novela de Vila-Matas. Hay buenas criticas a la novela pero falta la suya y me parece injusto .

Daniel Quinn dijo...

Hola Francis.

Acabo de regresar al mundo después de las vacaciones, y tengo la novela de Vila-Matas a punto de terminar. La comentaré cuando tenga un rato esta semana. Queria haber puesto antes de Semana Santa unos links de unas revistas, pero al final no me dio tiempo, así que mañana o pasado rompo mi silencio ;)

Muchas gracias por el interés.
Un saludo.